La secular tradición gastronómica de Padua hunde sus raíces en los productos simples del huerto, de corral, de los viñedos, en las pértigas de los embutidos, en los frutos de estación, y en algunas zonas, en las hierbas espontáneas.
Los productos del corral expresan la importancia de la oferta gastronómica de Padua: la gallina padovana, el ganso, el capón, la gallina de Guinea y el pato constituyen un patrimonio que es una síntesis de historia, tradiciones y gastronomía.
Padua, como toda la región, es tierra de viñedos importantes y famosos. Cinco son la áreas en las que se producen Vinos D.O.C.: las Colinas Euganeas, Bagnoli y Merlara, Correzzola y la Ribera del Brenta.
Los vinos son los protagonistas de numerosas manifestaciones y ferias que tienen lugar sobre todo durante la primavera y el otoño.
Durante el invierno sobre la mesa encontramos dos productos excelentes: el radicchio y el Jamón de Montagnana.
La primavera nos ofrece los espárragos, de los cuales la provincia de Padua es la primera productora, tanto por los blancos como por lo verdes. En el breve periodo en el que está disponible el espárrago acompaña la comida de manera simple y está muy difundido en el territorio. Huevos con espárragos o el delicado risotto con espárragos no faltan casi nunca en las mesas tanto de los restaurantes como de las casa de las familias.Durante el verano la provincia de Padua ofrece sus excelentes quesos. Sobretodo en las zonas al norte de la provincia, zona de praderas, se producen unos quesos muy rebuscados, entre los cuales: el Grana Padano, el Asiago y el Montasio.
Pocos son los platos distribuidos uniformemente: entre estos, quizás el más famoso sea el "bollito alla padovana", en la versión codificada en el siglo XVII por Mattia Giegher.
Otros platos son los "risi e bisi" (arroz con guisanos) y la sustanciosa "pasta e fasoi" (pasta con alubias). La propuesta de la cocina se casa con la generosa variedad de vinos de la zona: conocidos desde hace mucho tiempo y ya exaltados por Petrarca y Ruzante, hoy están garantizados por la seriedad y profesionalidad de las bodegas reunidas en el Consorcio de los Vinos D.O.C. de las Colinas y de Bagnoli.
Gracias al costante compromiso de los actores del sector, la cocina véneta,y padovana, se transmite respetando las peculiaridades de los antiguos platos pero sin renunciar a puestas al día según los cánones más modernos.
Los excelentes productos de la enogastronomía son certificados por la marca de calidad "Padova da gustare!" y codificadas en la "Carta dell'eccellenza" de la enogastronomía de Padua, que establece los criterios para garantizar la tipicidad, genuinidad y trazabilidad de los productos enogastronómicos paduanos.
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